Daniel Mora Zevallos, expresidente de la Comisión de Educación, es autor
del libro sobre la "larga marcha" que tuvo, hasta su aprobación, La
Ley Universitaria. Será presentado esta noche en la sede del Congreso.“Los desafíos de la
universidad peruana”, del congresista Daniel Mora Zevallos, que se
desempeñó como presidente de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte
(2012-2015), registra la larga marcha emprendida por el proyecto de reforma
educativa hasta su promulgación como Ley Universitaria, Ley 30220, en julio de
2014. En el libro hace un análisis histórico del sistema universitario
nacional y realiza un inventario minucioso de sus vacíos y falencias, para
plantear, luego, una reestructuración integral cuyo fundamento filosófico es
engarzar el conocimiento académico con las metas de desarrollo del país.
En 1996 se expidió el Decreto Legislativo 882 que autorizó el lucro en
la universidad peruana, prohibido expresamente en la Constitución de 1979. Es
desde esa época que la enseñanza universitaria entra a un vertiginoso declive.
Las estadísticas son elocuentes. Para 1996, existían 58 universidades en el
Perú. De ese total, 28 eran escuelas públicas y 30 privadas. El periodo que
media entre ese año y el 2012 vio el nacimiento de 22 universidades públicas y
59 privadas, es decir un incremento del 78% y casi 200%, respectivamente. Por
otro lado, cuando se inició el proyecto de reforma educativa existían otras 42
solicitudes de apertura.
Este fue el escenario que encontró la Comisión de Educación en el año
2012. Los desafíos de la educación peruana no solo se detienen en su
descripción minuciosa sino que relata la enorme resistencia que encontró el
proyecto de Ley Universitaria. A pesar de todo, la Ley 30220 pudo abrirse paso
y ser aprobada en el Pleno, para lo que fue determinante la acción de diversos
congresistas, muchos de ellos profesores universitarios.
La Ley Universitaria es fruto de una evaluación
objetiva y plural de las condiciones de la universidad peruana, a la vez que
producto del diálogo que la Comisión de Educación sostuvo con diversos estratos
y actores de la sociedad civil. En ese sentido, lleva consigo la fortaleza del
consenso. Presenta como objetivo central elevar la calidad académica, respecto
de la cual juega un papel decisivo el estímulo a la investigación y el estudio
científico. Esta cualificación del conocimiento debería traducirse en una
reorientación del modelo económico peruano, de modo de pasar de un esquema
primario exportador a uno de producción mixta con altos rendimientos, capaz,
por fin, de satisfacer las aspiraciones nacionales de bienestar y progreso
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